El peronismo enfrentó su peor desempeño desde la instauración democrática
Las tres fórmulas peronistas lideradas por Sergio Massa, Juan Grabois y Juan Schiaretti, tanto del oficialismo como del peronismo disidente, lograron solo 31 puntos en conjunto. Estos resultados se encuentran notablemente por debajo de los estándares históricos del Partido Justicialista. Massa, con un 21,19% de votos, quedó en segundo lugar detrás de Javier Milei de La Libertad Avanza, quien obtuvo un 30,73%.
Patricia Bullrich se ubicó en tercer puesto con el 17%, superando a Horacio Rodríguez Larreta por 6 puntos en la interna de Juntos por el Cambio. Aunque el oficialismo había fijado un piso del 30% para estas PASO, las expectativas no se materializaron. Grabois contribuyó un 5,61% a Unión por la Patria, mientras que Schiaretti, después de una coqueteo político con Juntos por el Cambio, obtuvo un 4,32% con Hacemos por Nuestro País.
Individualmente, el porcentaje más bajo de votos desde 1983 lo ostentaba Néstor Kirchner en 2003, cuando se convirtió en presidente con solo el 22,25% de los sufragios, tras la renuncia de Carlos Menem a la reelección. Aunque Kirchner quedó por debajo del 24,45% de Menem, quien competía con el Frente de la Lealtad en alianza con la UCeDé, juntos sumaron el 46,7% de los votos. Otro contendiente peronista, Adolfo Rodríguez Saá, obtuvo un 14% presentándose por el frente Movimiento Popular.
En resumen, las PASO dejaron en evidencia una baja performance del peronismo, con un resultado históricamente bajo. La dispersión de votos entre las distintas corrientes peronistas, sumado al avance de candidatos no tradicionales como Milei, ha llevado a una reconfiguración del panorama político argentino de cara a las elecciones generales. Estos resultados desafían las estrategias y narrativas tradicionales de los partidos peronistas, marcando un momento crítico en la política nacional.